por CLAUDIO GILARDONI
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Resulta sospechosa la falta de rigor científico de nuestro cerebro, en ciertas de sus actitudes.
Funciona como si se hallara flotando a medias en una dimensión donde la lógica intelectual y emocional fallaran demasiado a menudo.
Esta actitud de nuestro cerebro es cualquier cosa menos científica.
Debería ser la del cerebro humano una actitud científica: es decir, previsible; es decir, cuantificable.
Al fin y al cabo, todo en el Universo parece seguir reglas numéricas tendientes a la sencillez y la eficiencia.
¿Por qué nuestro cerebro desafía las reglas, cometiendo hechos que atentan contra el sentido común?
© CLAUDIO GILARDONI. De su libro Cerebro amigo, cerebro enemigo